miércoles, 11 de marzo de 2009

El Depresivo Mural del Terminal 4 del J.F. Kennedy


Como un mal presagio de lo triste que podía llegar a ser la vida del inmigrante común y corriente en la inmensa ciudad de Nueva York, aquel mural del cuarto terminal me advertía de los riesgos del paso que estaba dando. Como gárgolas demoníacas empotradas en el portal de acceso a la casa de Dios, estaban grabados los rostros afligidos de decenas de inmigrantes de todas las razas.



Mientras yo observaba con detenimiento y temor cada uno de los retazos de dicho mural, y caminaba hacia la fila de quienes profesaban y creían en el sueño americano, no dejaba de refrendar “Demonios, demonios... Ninguno en este mural esta sonriendo, ninguno es feliz” Impactado por lo que Deborah Masters (tal vez) expresaba en su obra, empuñaba mi pasaporte, la radiografía y la bolsa de papel sellada que debía ser entregada a los oficiales de Inmigración.

Mis coterráneos y demás vecinos de línea censuraban mis necias palabras con sus lánguidas miradas; pero estoy completamente seguro que solo evadían su temor y trataban de ser algo “positivos” En contraste, un antioqueño cincuentón, desgarbado, escueto y sin pelos en la lengua, exclamo: “Joven, es que aquí se viene a comer física (*)” Quede absorto pensando en sus lacónicas palabras y en el "por que" del mural. ¿Por que exactamente ahí? ¿Por que ese mensaje? ¿Será esto una advertencia? o Tal vez una clara intimidación para que demos media vuelta y nos larguemos de su paraíso. Tan solo usted tendría que observar con detenimiento cada cuadro, cada uno de los símbolos de esta obra y cada rostro, para comprender lo que en ese momento sentí.

En el primer segmento, Las Caras de Nueva York, una señora de cejas prominentes medio sonríe para esta foto, debido a un incontrolable cólico menstrual. Mientras tanto sus compañeros de escena le recomiendan un poco de Advil o Tylenol para su dolor. Pues es así es que ellos menguan sus dolencias para poder seguir trabajando.


En el yeso titulado El Subterráneo, nadie parece alegrarse porque esta vez el tren no se demoro en volver a pasar; es que sus mentes están concentradas en resolver los problemas de su lejano hogar, en la soledad de las cuatro paredes donde pasa la noche, o en pagar la tarjeta de crédito de Doña Victoria Secreta.


En el simbólico, representativo y mil veces elogiado Puente de Manhattan, aunque en plena primavera, se vislumbran sobre él algunas nubes negras, que aparecen como un inquietante presagio. Una oscura predicción de los eventos que, valga la redundancia, están por ocurrir: Una creciente crisis económica, una incontrolable pandemia, un inevitable atentado terrorista, o la interminable interdicción en Medio Oriente.


En la floristería, un enclenque perro da muestras de su adaptabilidad y abnegación a las precarias condiciones de sus estoicos amos; pero observa envidioso y resentido la fortuna de su colega, a quien obviamente, no le escasea el pernil ni la pechuga, aunque si el desinteresado amor de su majestad.


Las encargadas del mercado de las pulgas deberían de aprender algo sobre atención al cliente y técnicas de venta. Tal vez con solo sonreír a cliente y no restringirse al frío e imperativo ¡Next! Este saldría realmente satisfecho, con sus bolsas llenas de artículos, y con ganas de regresar a comprar por comprar.


En el en sector del Times Square ya no hay quien se deje cautivar por los magnánimes edificios y los miles de anuncios luminosos, tan solo los fisgones turistas con sus cámaras japonesas. Posiblemente la melancolía y los espasmos musculares, que ponen tenso el cuello, no dejan que los neoyorquinos miren hacia el frente y hacia arriba, para disfrutar el despliegue artístico y publicitario que ha sido diseñado para ellos.



Hay un Parque infantil en el Bronx donde ni los niños ríen; no se escuchan los bullicios y las risas, no se oyen los chillidos de histeria ni las rondas. Tan solo están usando por usar los pasamanos, columpios y resbaladores. No creo que estos chiquilines estén jugueteando, puede ser que ya no entienden que si es posible hacerlo lejos del televisor y el video juego.


Estos afligidos trabajadores de una de las tantas oscuras factorías, parecen sobre-explotados por sus jefes. El exceso de trabajo, las malas condiciones ambientales y una pésima remuneración no son buenos alicientes para hacer lo mismo día tras día. Y esto continuara así hasta que alguien, embargado por la envidia, los denuncie a inmigración y deban renunciar a su posición para que los sabuesos pierdan su rastro.


Lejos de ahí, quienes están en su día libre haciendo picnic en el Bryant Park, no dan muestras de estar pasándola muy bien que digamos, aunque el clima es perfecto, el sol esta brillante y no hay quejas por la atención en las mesas, estos prosaicos individuos se han vuelto unos estreñidos de la felicidad.



El tren 7 nunca había estado tan patético, como siempre repleto de negros, sudacas, indios, asiáticos, marcianos y atlantes; todos maltrechos, grasientos, haraposos y pecuecudos; que excluidos, ofendidos, golpeados, denigrados, acorralados, vituperados, avergonzados, estafados, despreciados, expulsados (Si omito alguna otra cosa que nos hayan hecho, no es por falta de memoria, si no por falta de espacio) regresamos a casa para aplastarnos frente al televisor a beber una insípida Budweiser y comernos una hedionda pizza de queso con queso.



El percusionista caribeño, quien con ínfulas de consagrado artista, suele hacer su espectáculo en la 44ta, se ira a casa con unos cuantos “quarters” en el bolsillo. Monedas que sin más remedio deberá ir juntando para pagar la renta de esa mazmorra llena de cucarachitas y chinches, que por lo costosa, en vez de alquiler parece una multa.



Estos ejecutivos deben ser los corredores de bolsa de Wall Street. Lucen como a quienes les toco la crisis económica del 2008. Tal vez este molde fue inspirado en algo que Deborah vaticino o es un dibujo de algún Déjà vu.



Parece que ni la propia Deborah escapa de la tristeza de su obra. En esta representación se nota a leguas que no la pasa bien con sus invitados a cenar, y estos desagradecidos por su parte se quejaron de la sazón de la carne, que la sopa estaba fría, que el vino no colmo las expectativas, y que las papas quedaron crudas; mejor ni arriesgarse a probar el zumo de la gran manzana.


A la Botánica mexicana ya nadie va a buscar ni un San Antonio Bendito puesto de cabeza. Según parece, los santos perdieron la fe, La Virgen cerró su despacho en Queens y ya no intercede por nadie, ahora ni Babalawo, ni Yemaya concederán peticiones, y para rematar San Gregorio Hernández se volvió Chavista.


He dicho! En la en la Pescadería China algo huele mal!



Bajo el Puente de Brooklyn alguien se casa por conveniencia o solo para obtener la residencia americana.



Un momento… Algo contrasta con la armonía del mural. Alguien sonríe porque ganaron los Yankees! su cabello rubio y ojos azules podría apostar que no es inmigrante, aunque también los hay caucásicos.



Y después de observar todos los yesos, en el ultimo, dos inmigrantes se ven contentos; muy pocos ¿no? Puede ser que tan solo presumen para que sus amigos y familiares no se enteren que la casota que tienen se la deben al banco y están a punto de perderla, que el Mustang rojo es del vecino, su hermoso juego de sala clásico se lo encontraron en el anden de alguien que ya no lo quería, Los levis’s que visten se los compraron a los “Mecheros” y que los 4 mil dólares que acostumbran a despilfarrar en la Feria de Cali con sus amigos, familiares y vecinos los consiguió con un segundo trabajo o “a punta de Over time”



Posiblemente en New York más que inmigrantes felices, hay inmigrantes conformes que soportan muchas condiciones adversas y extrañan muchas cosas de sus vidas en sus países de origen (exonero a los que con seguridad pudieron cambiar sustancialmente sus vidas, en la ciudad de las oportunidades); por esa razón reflejamos nuestras tribulaciones en el rostro y los artistas lo logran captar e interpretar.

3 comentarios:

IVAN MAZUERA dijo...

AUNQUE NO HE TENIDO NO SE SI LA FORTUNA O INFORTUNA DE VISITAR DICHA CIUDAD, SE POR MULTIPLEX PERSONAS MUY ALLEGADAS A MI, QUE ES UNA REALIDAD ACERTADA DE LAS NECESIDADES QUE TIENEN QUE PASAR LOS INMIGRANTES EN LA GRAN MANZANA.

NO HAY COMO LA TIERRA, DONDE SE PUEDE HACER MUCHO CON POCO DINERO Y SE PUEDE PASAR RÁPIDAMENTE DE ACTIVIDAD CON SOLO CAMINAR UNAS POCAS CUADRAS.

ESPERO AMIGO QUE ESTA SITUACIÓN SE REVERSE Y TENGAS LA FORTUNA DE PODER DISFRUTAR DE LAS COSAS QUE DEJASTE ATRÁS CON TU PARTIDA.

Anónimo dijo...

Si, si mucho sufirmiento y todo esa palabreria, si tanto sufren primero para que van entonces?.. y segundo y mas desconcertante.. para que se quedan.? hay por favor dejen ya los complejos con los americanos, cuando los paises del sur dejemos, esos complejos de lado entonces apreciaremos de verdad a NUESTROS paises, y no tendremos que salir a buscar la felicidad en otros, y tampoco criticar sus estilos de vida.

Fabian Armando Holguin Macias dijo...

Sr. Anónimo, tal vez si se palabrea un poco mas, quienes son sensibles a este tipo de sufrimiento podrían llegar a saber que los paraísos extranjeros son, en muchas ocasiones, los infiernos del paisano. Tal vez, de ese modo comprenderían que la esperanza de un futuro mejor esta más cercana a casa, que lejos de ella. Quien no se entera corre el riesgo de experimentarlo por el mismo, y de intentar ser perseverante para no regresar derrotado.

Sentir miedo o tristeza, y expresarlo, es una condición humana. Las canciones, las poesías y las prosas son formas de comunicar o desahogar estos sentimientos. Los complejos y las culpas también juegan papeles importantes en la creación artística, pues imprime un sello personal a la obra.

Cuando sales de tu país y te enfrentas a esto es cuando mas lo llegas a apreciar. Si alguna vez estas parado enfrente de aquel mural, con la incertidumbre de si estas o no tomando la decisión correcta, si es acertado emigrar de tu país para intentar el futuro mejor que te ha sido negado por los tuyos; entonces, encontraras señales de advertencia por doquier, y te enfrentaras con tus miedos, tus complejos y tus culpas, o es que ud es como un dios que carece de ellos? Mi señal fue esta y palabreando protesto o me quejo.